Reserva de Hoteis e Pousadas em Morro de Sao Paulo

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terça-feira, 8 de fevereiro de 2011

Morro de São Paulo Bahia Brasil



Bueno, hace ya que llegamos 15 días a España de vuelta de Brasil y por fin me dispongo a escribir un "poco" sobre nuestro viaje.
En primer lugar tendría que agradecer a todos los que habéis escrito vuestros diarios de viajeros -algunos con bastante gracia por cierto- que nos ha servido para decidirnos en gran parte nuestra ruta por Bahía.
Salida del aeropuerto de Málaga el dia 11 de octubre. Llegada a Madrid y cambio de avión para vuelo de ocho horas con destino Salvador de Bahía. Estando el avión en pista para despegar, de pronto los motores se paran en seco. El avión se ha calado. El comandante nos explica que "no pasa nada", que ha sido un fallo sin importancia. ¿Un fallo "sin importancia" en los motores?. Esperemos que no se le vuelva a calar en medio del Atlántico. El vuelo de ocho horas se hace menos pesado de lo que esperábamos -con la ayuda de Lorametzepan- y aterrizamos en Salvador a las 21 horas local. Una cerveza en la habitación del hotel y a dormir.


MAÑANA DEL DIA 13 EN SALVADOR. No nos gustan las excursiones de las agencias de viajes pero quizás trastornados por el Jet Lag -y un poco por el Lorametzepan del avion- vamos y nos apuntamos a la que da gratis nuestra agencia Traverplan. Que horror, pero si ya lo sabíamos, 15 minutos aquí y foto, 10 minutos allá y foto, ... Encima somos imán para todos los vendedores de collares de Salvador. A mi se pone tan mala cara que un vendedor me lo nota: "Que te pasa amigo? Estás enojoso?" , me dice.

Dejamos la excursión y nos vamos por libre. A donde?, pues a Praia da Barra.
Por dios, cuanta gente. Y que playa más pequeña. . Es día de fiesta en Salvador y la playa está de bote en bote. Nada, que aquí no se cabe y nos vamos. Cogemos el bus y nos vamos a la praia de Itapua -es mejor coger el bus que pone Orla, porque va por la costa-. La playa también está llena, pero por lo menos es mas grande y podemos corre y saltar. Hay muchos chiringuitos con una música atronadora, tanto que distorsionan los altavoces .La gente baila, come y bebe y todos nos lo pasamos en grande. Hay muchos vendedores ambulantes, pero tenemos que decir que no son tan pesados como esperábamos. Después de leer los diarios de viajes, íbamos un poco asustados. Desde luego los que escribían a cerca de la inmensa insistencia de los vendedores no han estado en Marruecos.¡ Si esto no es nada, hombre¡.


DE NOCHE EN EL PELOURINHO. Nos alojamos en el hotel Blue Tree Towers, en el barrio de Riobermelho a 15 minutos -8 euros- en taxi del Pelourinho. Es conveniente coger los taxis con una raya azul ya que estos llevan taxímetro, los otros te pueden cobrar lo que quieran, siendo por lo general más caros. El hotel tiene cinco estrellas, pero es bastante vetusto si lo comparamos con otro de la misma categoría en España. Tenemos una habitación bastante amplia -con sofá incluido- y unas magnificas vista sobre Salvador.
Ojo, la música de las calles de abajo suena fuerte hasta las 2,00 am., pero aún así nosotros recomendamos este hotel.

Cuando te bajas del taxi en el Pelourinho, acuden un enjambre de vendedores de collares, de entradas de espectáculos, de sombreros, de crema bronceadora... aquí todo el mundo intenta ganarse la vida como puede. Debes de salir con decisión, como si llevaras aquí mucho tiempo y supieras a donde te diriges y por supuesto, siendo educado y amable. En España algunas compañías de telefonía - a mi me han llamado a las 8 de la mañana-son mucho más agresivas para captar clientes.

Nosotros no encontramos ninguna oficina de cambio de divisas en todo Salvador. Se cambia en el mercado negro -en los banco también, pero menos favorable- en algunas tiendas de souvenirs del Pelourinho en las que podéis preguntar sin problema y ellos mismos os cambian o llaman a un cambista que espera en calle. Para no tentar la suerte es mejor hacer la transacción dentro de la tienda.

Hay muchos y buenos restaurantes, pero también hay muy buena comida en la calle:Acarajes (croqueta de harina de mandioca rellena)- 1 euro-, pinchitos de camarones que se comen con cascara -1 euro-, queijos (queso a la barbacoa) 1 euro, ostras frescas (12 unidades) 3 euros, pinchito de pollo con verduras 1 euro. Ya veis, podéis hacer una comida equilibrada por 3 euros.
En Rua Joao de Deus está el restaurante Casa da Gamboa donde sirven una esplendida moqueca de camaroes (guisado de gambas con tomate, pimientos morrones y cebollas en aceite de dendé y especias) por 12 euros 2 personas. Muy bueno también la Casquina de siri (cangrejo desmigado). No pidáis pan. No tienen. Todo se acompaña con harina de mandioca que ponen siempre en un plato aparte.
Mas lujoso y refinado es Maria Mata Mouro en Rua Inacio Accioli. Dos personas 30 euros (sin vino).

El Pelourinho es centro de la vida nocturna en Salvador. La música en directo se escucha por todos lados en un original decorado de edificios pintados de colores y calles empedradas. Si, muy muy empedradas. Nos gustó mucho Habeas Copus, un patio con varios bares que comparten un mismo escenario. Aquí la gente no baila sola, todo el mundo baila con su pareja, - y no veas como - un espectáculo.
Aún nos gusto más las batukadas que van por la calle. Son grupos de potente percusión, con ritmos africanos que llevan detrás un público entusiasta que no paran de bailar de forma sincronizada. Si tienes sangre en las venas, no puedes estarte quieto.
Se supone que el martes es el mejor día para ver estos grupos. Desde luego había mucho ambiente con escenarios y todo, pero a nosotros nos gustó más el ambiente íntimo de otras noches.


He dejado para la último un peliagudo tema: la seguridad. Nosotros no somos valientes y aquello no es Europa. Estábamos seriamente preocupados antes de salir, leyendo todo lo referente a esta cuestión. Algún encontronazo tuvimos: una mano ajena registrando mi bolsillo, un chaval con dos paraguas que nos quería atizar, alguien que te pide dinero de forma amenazadora. Tampoco fue para tanto para lo que nos esperábamos. Que a nadie se le ocurra dar un paseo andando por las calles que van desde el Pelourinho a la ciudad Baixa, son realmente peligrosas, pero eso lo veréis porque solo hace falta un poco de sentido común. Los sábados la gente sale por la costa -al aeroclub- y hay menos policía -otros días hay uno en cada esquina-, por lo tanto baja la seguridad en las calles.

De verdad, no te puedes perder Salvador por cuatro gatos, la gente es encantadora -lo mejor es la gente- algunos solo quieren hablar contigo y la mayoría son personas que intenta ganarse la vida -honradamente- como pueden.

Nuestro viaje continua por Itaparica, Praias do Forte y Morro de Sao Paulo -de donde uno vuelve con el espíritus lleno-, pero eso os lo explico otro día, porque hoy es ya muy tarde.